MANIFIESTO DÍA INTERNACIONAL DEL VOLUNTARIADO 2012

Leído el 05/12/2012 por Tamara Miguélez, representante de FADAE, en el acto de distintinción a la labor voluntaria del año, organizado el el Ayuntamiento de León.

 

En torno al voluntariado hay muchos conceptos difusos. A menudo se confunden caridad y solidaridad, como se confunde un gesto con un compromiso. El voluntariado es un acto individual, pero también colectivo, y en eso reside su importancia.

Es un acto individual porque nace del impulso de cada uno de ponerse en el lugar de otra persona, una persona ajena pero cuyos problemas se sienten como propios, y ese saber vivir con otro su desgracia, sentir con él cualquier sentimiento, es, decía Milan Kundera, el sentimiento más elevado. Y un sentimiento complejo, porque dolerse del sufrimiento ajeno, sentirse implicado en los problemas de personas extrañas o distantes, proporciona también una sensación de felicidad, lo que  Desmond Morris llamaba la felicidad cooperativa que se obtiene ayudando a los demás. Quizá sea porque, en algún lugar recóndito de nosotros mismos sabemos que todos somos uno y formamos parte de un mismo aliento: el de la vida.

Por eso también el voluntariado es un acto colectivo, que va más allá del gesto personal de ayudar al otro, sino que requiere formar una red, una organización que coordina todos esos impulsos y los hace más eficaces. Es uno para otro; pero también todos para todos. Insignificantes como son, las hormigas pesan tanto como todos los seres humanos juntos, quizá porque no se matan entre ellas, porque no han perdido su instinto solidario. Los voluntarios trabajan, así, para mantener viva la memoria de cooperación y solidaridad, la parte más humana de la humanidad. Es la fuerza de los débiles y es la fuerza que asegura el futuro.

Recuerda Eduardo Galeano una leyenda africana en la que un viejo, muy enfermo, reunió a sus tres hijos y les anunció que dejaría sus cosas más queridas a quien pudiera llenar completamente la sala; uno lo intentó con paja, otro con arena, pero no lo consiguieron. El tercer hijo espero a que cayera la noche. Entonces encendió una vela. Y la sala se llenó.

El Día del Voluntariado es, de algún modo, el Día de la Luz. Porque reconoce su labor a quienes, uniendo sus pequeños gestos, consiguen llenar de luz la oscuridad en la que viven tantas personas y la esperanza de un mundo más justo. Una vela puede llenar una sala. Muchas velas pueden iluminar el futuro.

Por ello hoy,  en un mundo de desvinculación  social generalizada, en el que importa más el YO que el NOSOTROS, en la realidad de un presente en el que la palabra SOLIDARIDAD es un concepto teórico, que la mayoría no aplica a la práctica fuera de su entorno familiar,  OS  AGRADECEROS la gran y desinteresada labor que prestáis. La sociedad necesita vuestro compromiso, vuestra constancia, vuestro apoyo y vuestra denuncia reivindicativa. Cada uno de vosotros y vosotras, con su estilo personal, no solo es generador de ayuda y solidaridad, sino que debe ser  motor de cambio e impulsor de transformaciones.

¡Cada voluntario es una revolución!

Cada voluntario es una revolución…

Como lo fue “la rueda” y lo seguirá siendo…

Como lo fue “el fuego” y lo seguirá siendo…

Cada voluntario es una revolución… y lo seguirá siendo.

Vosotros los voluntarios… sois la revolución que está escrita en el libro de los anónimos, vosotros sois la revolución silenciosa que grita con el ejemplo.

Vosotros los voluntarios… habéis revolucionado el tiempo compartido, la hora de salida y el “nunca es tarde”. Vosotros sois la revolución generosa que no memoriza las prisas, vosotros sois la revolución que está cambiando esta historia y las historias de tantos…

Vosotros los voluntarios habéis revolucionado el poder convirtiéndolo en regalo, habéis roto los papeles de la burocracia quedándoos con el espíritu de las palabras…

Vosotros los voluntarios… habéis revolucionado la mirada con vuestro horizonte, habéis revolucionado la distancia con vuestras caricias, habéis revolucionado “el invierno”, viviendo con alegría de primavera.

Vosotros los voluntarios… habéis revolucionado el miedo poniendo esperanza, habéis revolucionado la soledad haciéndoos presentes, habéis revolucionado el verbo “estar” conjugándolo siempre en compañía.

Cada voluntario es una revolución…

Como lo fue “la rueda” y lo seguirá siendo…

Como lo fue “el fuego” y lo seguirá siendo…

Cada voluntario es una revolución… y lo seguirá siendo

 

“Día mundial del voluntariado 2012